El pasado Martes de Pasión, nuestro Sagrado Titular, el Santísimo Cristo del Perdón estuvo expuesto en devoto besapiés, tras lo cual recorrió las calles de la feligresía en Via Crucis portado por sus hermanos costaleros, un acto piadoso que resaltó por la solemnidad y silencio que nuestros hermanos imprimieron durante la duración del acto, sólo interrumpido por los cantos de los devotos y por el acompañamiento musical del trio de capilla Gólgota.
Tras rezar la Primera Estación en el altar mayor del templo parroquial de Santa Teresa, el muñidor condujo el cortejo a las puertas del hospital Blanca Paloma para rezar junto los enfermos que allí reciben cuidados la Segunda Estación para a continuación, dirigirse por la avenida Diego Morón a la explanada del santuario de Nuestra Señora de la Cinta, donde se vivieron algunos de los momentos más emotivos de la jornada.
Un vez en la plaza de los capellanes, donde se dirigió al convento de las Reverendas Madre Oblatas, donde un deseo se pudo cumplir, entrar en Las Oblatas. Y fue el año en que cumplíamos XXV años de tenerte, Madre. Seguro que Tú lo has hecho posible, que tu Hijo pudiera entrar y le pudieran rezar y orar cantando Las Hermanas Oblatas, como nunca lo habían hecho hasta ahora, más cerca que nunca. La Madre Superiora fue la encargada de realizar la Quinta Estación de nuestro Vía Crucis Parroquial. Nuestro Obispo ya resaltó el ofrecimiento de sus vidas, día y noche, «como una oblación para pedir que, todos aquellos que tenemos el ministerio sacerdotal, lo cumplamos de una manera fiel y llenos de santidad, para la santificación del Pueblo de Dios»
La siguiente parada en el recorrido fue, como viene siendo habitual en los últimos años, en el Santuario de la Patrona. En esta ocasión, y con motivo de la Celebración de su 50 Aniversario como Patrona y 25 Aniversario como Protectora de las Hermandades, la Hermandad quiso estar más cerca si cabe, y continuando con el Proyecto del Via Crucis Oficial de nuestra Semana Mayor, se recortó la parihuela para poder entrar en el mismo Santuario y poder acceder al interior del claustro, pudiendo estar más cerca de la Virgen Chiquita.
Agradecer a la Hermandad de la Cinta su recibimiento y acogida. Una vez en el Santuario fue el Hermano Mayor de la Hermandad de la Cinta el encargado de realizar la Sexta Estación. Momentos que quedarán en nuestra retina y en la de los que estuvieron presentes. Primera vez que el Santísimo Cristo del Perdón está tan cerca de la Virgen en su Santuario.
El cortejo continuó más tarde por las calles Obispo García Lahiguera, Río de la Plata, Valparaíso y Nicaragua de vuelta hasta la parroquia de Santa Teresa, donde se procedió al acto de trasladar la imagen del Divino Redentor hasta su paso procesional.
En la oscuridad y silencio del templo parroquial, el Señor de La Orden fue portado por tres hermanos a los que la junta de gobierno concedió este honor en reconocimiento a sus servicios en pro de nuestra Hermandad. Estos hermanos fueron Manuela Rios, José Romero y Amalia Naranjo. Estos caminaron entre los cirios que aportaban al recinto toda la iluminación al recinto, hasta sus andas donde esperaban al Santo Cristo las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Evangelista.
Despacio, y a los sones del rezo del Miserere entonado por José Antonio Vieira, la música de capilla y dos saetas entonadas por Anita Bernal, la imagen llegó hasta la trasera del paso para ser izado y, lentamente, ser ubicado en el lugar exacto del paso en el que lo podemos contemplar por las calles de Huelva el próximo Lunes Santo.